Ficha Jack Cullen Dark

-Aspecto sombrío y oscuro.

-Pelo color azabache y ojos sombríos.

-Piel pálida y lisa.

-Nariz de tamaño normal, respingona.

Orejas medianas, acabadas casi en punta.

-Pelo medianamente largo, bien peinado.

-De cuerpo esbelto, delgado y ligero.

-Altura por encima de la media, 1'85, pesando 60 kg.

De personalidad muy variable:

-Frío y duro con los extraños, solo con aquellos que ve que en cualquier caso podrían ser pelirosos para el mismo o para su familia.

-Inteligente, calculador, sin escrúpulos, poderoso en la batalla.

-Cálido, alegre (Aunque no excesivamente) con sus allegados.

-Extremadamente protector.

- Es capaz de controlar varios campos del mentalismo, como la lectura de mentes, pero solo es capaz de leer la mente a otros seres con el contacto visual. Otro de sus poderes es la telequinesis y la telepatía... entre otros poderes mentales.

-Es capaz de controlar el elemento viento, y utilizarlo a su favor, ya sea de manera agresiva o para aumentar su velocidad.

-Aún posee las habilidades físicas de cuando era un neófito (Las habilidades físicas de un Neófito son mucho mayores a las de un vampiro adulto) a pesar de haber pasado esa etapa hace ya mucho tiempo. Ha ido mejorando esas habilidades con el paso de los años...

-Siempre vestido con ropa elegante, fina y liviana de color azabache.

-Su ropa le da un aspecto oscuro y algo temeroso en escasas ocasiones.

-Siempre lleva una camisa color negro, habitualmente con un suéter fino encima.

-Unos pantalones de lino decoran sus piernas y unos mocasines hacen lo mismo con sus pies.

-Los días de extremo frío lleva unos guantes finos color negro, al igual que lo es toda su ropa.

Nacido en Inglaterra en los años 80, Jack vivió desde pequeño en una soledad extrema. Su padre, un mafioso ansioso y materialista, trataba deprolablemente tanto a su madre como a el mismo desde pequeños. Jack trató de centrarse siempre en sus estudios para poder ser de mayor algo mejor que su padre, pero ese intento se vio destrozado gracias a esa misma persona, su padre. Este, decidió sin consultar a su hijo, que este fuera su sucesor al mando del grupo mafioso que lideraba, y adiestró a Jack en todas las artes de defensa personal y de asesinato. la esbelta figura de Jack y su extraordinaria agilidad le facilitaron aprender todo tipos de maneras de asesinato y de tortura. Desde la lucha con armas blancas, pasando por la lucha con armas de fuego y finalizando con la batalla cuerpo a cuerpo. No había nada que Jack no fuera capaz de aprender.
Estos conocimientos eran odiados por Jack, y podían haberle hecho declinarse por el suicidio, pero había un aliciente que le permitía vivir. Su madre. Esta, al igual que JAck, detestaba el trabajo de su padre y no deseaba para su hijo un futuro tan desastroso. Pero sin embargo, era incapaz de enfrentarse a su padre. Con la intención de convertir a Jack en un chico tranquilo y no hiperactivo ni sádico (Cosa que logró) desde pequeño le inculcó el arte de la música. Tanto la música vocal como la instrumental con el instrumento de cuerda percutida, el piano. Jack, resultó ser un aprendiz excepcional de este últimp instrumento, un niño prodigio de su época, se podría decir. Pero sin embargo, nadie aparte de su madre llegó a conocer ese arte musical que poseía, pues debían impedir que su padre llegara a conocerlo, ya que le parecería vergonzoso. Tras varios años de la vida de Jack en Londres, Jack y su familia decidieron trasladarse a Forks, en E.U, por razones de trabajo. Al parecer, en Reino unido, ya tenían a el padre de Jack muy marcado de mafioso, por lo que decidieron huir al estado de procedencia de la madre de Jack, ¿Y que lugar mejor que un pueblo pequeño y remoto?
A Jack no le importó el viaje, ya que nunca había hecho muchos amigos gracias a la mala fama de su padre. Un lugar tranquilo y frío como era Forks era el concepto de la perfección que poseía Jack en esos momentos. Sin embargo, por entonces aún era joven, con doce años. Durante largo tiempo estudió música además de las asignaturas debidas en el instituto de Forks. Además, también se interesó por la lectura, cosa que le tranquilizaba casi tanto como el sonido que producía una bella melodía de piano. Durante años, Jack creyó que el trabajo de mafioso de su padre había acabado, pues incluso este había obtenido un puesto de trabajo en la policía de Forks. Años más tarde, cuando Jack ya tenía los diecisiete años, una extraña familia, pasó a vivir a Forks. Al principio, Jack los observava con recelo y precaución, pues seguía sin tener amigos y sin confiar en nadie. Pero poco a poco vio reflejado en ellos el tipo de persona que el mismo era. Trató de entablar conversación con ellos en varias ocasiones, pero ellos eran esquivos y algo rudos. Finalmente, descubrió que uno de los hermanos, Edward Cullen, sabía tocar el piano, y al parecer, tenía una gran habilidad con este. Durante una clase de música, clase que Jack compartía con Alice Cullen y Edward Cullen, Edward mostró sus habilidades musicales, y muchos de sus compañeros explotaron en aplausos y alabanzas hacia el sujeto. No pude soportarlo. Era evidente que Edward tenía arte con el piano, pero mi arte le mejoraba. Nunca había recibido alabanzas como esas, y sin embargo, no deseaba obtenerlas de nadie... excepto de su familia. Con el deseo de ser aceptado por ellos marcado en la mente, reclamé mi sitio en el piano ante un Edward Cullen algo confuso.

-¿Realmente sabes tocar?-me preguntó un compañero algo incrédulo

Me limité a sonreirle, y cuando Edward me dejó el sitio libre, comenzó el recital. Mis manos parecían sombras, poseidas por el mismísimo Amadeus Mozart, o por Albeniz, gran músico español. Se movían como sombras llevadas por el viento entre tecla y tecla del piano, sin descanso, creando una asombrosa melodía de belleza y dificultada apabullantes. Durante minutos, todos me observaron boquiabiertos, incluso Edward y Alice Cullen... HAsta que finalmente acabé con un último mi que resonó por toda la sala. Está estalló en aplausos que me otorgaban todos los de la clase, alumnos profesores... incluso el director, que había sido atraído por una música celestial como aquella. Pero para mi solo tenían importancia los aplausos que me dirigían dos personas: Alice y Edward Cullen. Desde entonces, comencé a entablar amistad con la familia al completo, al principio solo con los dos Cullen que acudían a muchas de mis clases, más tarde con Jasper, novio de Alice, y finalmente con Emmet y Rosalie Cullen. Mi forma de ser, no me pedía saber mucho sobre ellos, cosa que al parecer les aliviava y alegraba. Creí que finalmente había obtenido unos buenos amigos y que mi vida cobraba verdadero sentido... hasta que la mafia volvió a entrar en mi vida. Un día extraño y nublado, un grupo de gente vino a casa a visitar a mi padre. Los reconocí al instante, eran los antiguos compañeros mafiosos de mi padre. Mi vida se destrozó al verles entrar uno a uno. Durante horas, estubieron hablando con mi padre, después salieron de la sala en la que se había realizado la reunión, y me hicieron entrar a mi. Mi padre me explicó la situación. Ya era casi mayor de edad (En ese estado realmente ya lo era), y al parecer, en Inglaterra las cosas se habían calmado. Mi padre me explicó que ya debía comenzar a trabajar en la mafia, y que debíamos volver a Londres. Mi vida se derrumbó ante la información que me dieron. Con paso lentos y asustados empecé a retroceder en la sala.

-No quiero.-susurré con voz débil

-¿¡Te atreves a contradecirme!?-estalló mi padre

Tras eso salí corriendo de la habitacion. Oí como mi padre salía en mi busca también corriendo. Yo era más rápido por lo que le iva dejando atras, pero al salir de la casa, me di cuenta de que eran todos los mafiosos los que me perseguían. Llegué al bosque, pero no pasó mucho tiempo hasta que una vala, me golpeó en una pierna haciéndome caer y perder la movilidad con dicha pierna momentáneamente. Los compañeros de mi padre se quedaron alejado,s pero este se acercó a mi a paso firme y pausado, hasta encontrarse junto a mi.

-Te di una oportunidad de vivir dignamente, tu la desaprovechaste.

Tras esas palabras, a bocajarro, me disparó al pecho. Y sin más que decir, el, mi madre (Que se encontraba desolada) y sus compañeros, salieron disparados hacia el aeropuerto de Seatle. Durante minutos estuve en el suelo, notando como la lluvia inundaba mi rostro. Toda mi vida pasó por mi vista, hasta que finalmente, tras unas horas, pude avistar un rostro femenino (Juraría que era el de Alice, pero no apostaría para asegurarlo) se inclinó, primero trató de buscarme el pulso y después llamó a gritos a alguien. Mi vista se oscurecía por momentos, por lo que ella, con una mirada entristecida, finalmente, clavó esos colmillos tan característicos de su familia en mi cuello. Solo recuerdo dolor, mucho dolor... Y lo siguiente, es despertarme en la casa de los Cullen. Me explicaron todo lo ocurrido y en que me había convertido. Yo, llevado por la ira, me escapé de la ciudad. No es que ellos no pudieran parame, si no que no lo intentaron. Sabía lo que debía hacer, sabía donde debía hacerlo y como debía hacerlo. En apenas unos días llegué a Londres, donde hice una visita de cortesía a mi padre y sus compañeros. Estos, al verme, se asustaron terriblemente, como si hubieran visto una aparición. No les di tiempo ni para que desnevainaran sus armas. Todos acabaron muertos, un grupo de veinte o trinta personas, más o menos. Tras la matanza, me sentí muy desolado, por lo que no tuve más que hacer que volver a Forks. Ahí, Carlisle me recogió con los brazos abiertos... como un Cullen más. Durante sus primeros años, su vida como neófito fue dura. Siempre hambriento, siempre molesto... no podía controlarme, y los demás apenas lograban que me estubiera quieto... Pero mi período de neófito fue excepcionalmente corto. Además, después de la etapa, mis habilidades físicas superiores como neófito no desaparecieron, si no que siguieron en aumento.
Desde ese día, he luchado para volverme como ellos. Hace un tiempo que dejé mi época como neófito, pero aún me es difícil aguantar esa sed de sangre cuando voy al instituto... Desde entonces, ningún hecho notorio he de destacar en estas, mis memorias.

-Tocar el piano. (Se le podría llamar perfectamente el nuevo Mozart)

-Leer

-La medicina... (Aprendió con carlisle algo y es su ayudante en muchas ocasiones)

-La psicología y la comprensión del pensamiento humano.

-La escritura.