Nombre Completo: Cristine
Especie: Mitad vampiro, mitad humano
๋
Fecha de Nacimiento: 19/09/1783
๋
Fecha de transformación: 22/08/1806
๋
Lugar de Origen: Tamaulipas, México
Descripción fisica: Tiene el pelo castaño, los ojos verdes, suele vestir con una minifalda negra, un top azul y unas botas altas de color marron. A la vista de los humanos parece una estrella pop mucho mas guapa de lo que es cualquier otro humano. Por el contrario, a la vista de los vampiros parece una humana como otra cualquiera, aunque en realidad es mitad vampira.
Descripción psicologica: Es bastante cariñosa, se preocupa por todo el mundo ya que desde que cumplio los 5 años se quedo huerfana y tuvo que arreglarselas sola. Su mayor virtud es su amabilidad y alegria pero a pesar de su apariencia en el fondo está resentida y desea vengar a su madre.
๋
Talentos especiales: Para el tiempo a su alrededor. Se detienen los relojes, humanos, vampiros, licantropos, .... todo el mundo. Solo lo usa para evitar que los humanos la descubran o para protegerse contra los que la quieran atacar.
๋
Ocupación: Cantante, fotografa y ahora directora de un instituto de arte.
๋Familia: Está buscando una a la que unirse.
๋Historia personal: Nací en el estado de Tamaulipas, en México, allá por el año de 1783. Mi madre era humana, una joven bella pero desafortunada que se enamoró de un apuesto joven que resultó ser un vampiro. Tras dejarla embarazada, aquel monstruo -pues no tiene otro nombre- la abandonó, la dejó totalmente sola conmigo en su vientre. Unas pocas semanas después nací yo. Mi madre estaba a punto de morir, atenazada por la enorme pérdida de sangre y los terribles dolores por mi causa. El olor de toda esa sangre derramada despertó mi apetito, así que irracionalmente la ataqué y la mordí aun siendo sólo un bebé. Ella me apartó con sus últimas fuerzas y caí al suelo a su lado.
Un par de días después mi madre se había convertido en vampiro, transformada por su propia hija de forma totalmente inconsciente. Me tomó en brazos y me cuidó, alimentándome con sangre de animal mientras yo era incapaz de valerme por mí misma. Pronto descubrimos que yo no era humana, ya que necesitaba alimentarme de sangre, pero tampoco era vampiresa pues mi velocidad de crecimiento era asombrosa. Para cuando cumplí los 5 años, mi aspecto y mente ya eran los de una mujer adulta de 23 años. Fué en ese momento cuando el tiempo se paró en mí y dejé de envejecer. Los habitantes del pueblo en el que vivíamos nos terminaron desterrando, atemorizados por que creían que estábamos poseídos por algún espíritu maligno.
Estuvimos viajando hacia el Norte, buscando las solitarias praderas nevadas de Canadá, donde podríamos vivir tranquilas. Tras cruzar la frontera de Canadá, ambas sonreímos ante el tranquilo futuro que nos esperaba, pero tan sólo un día después unos terribles monstruos que parecían lobos gigantescos andando a dos patas nos atacaron, mataron a mi madre salvajemente y estaban a punto de hacer lo mismo conmigo cuando uno de ellos, un lobo blanco como la Luna, se interpuso. Una sóla palabra suya sirvió para que todo el grupo de bestias desapareciese tan rápido como habían venido, dejándome allí sola, al lado del cadáver calcinado de mi difunta madre. Desde entonces inicié una búsqueda infructuosa por todo el país, buscando venganza. En mis viajes me crucé con un vampiro, quien me atacó sin dudarlo un momento. Me defendí como pude y conseguí, de algún modo, derrotarle. Con sus últimas fuerzas antes de perder la consciencia, el vampiro juró matarme por lo que, asustada, quemé su cuerpo para librarme de él. En ese momento me dí cuenta de que, a pesar de no ser humana, sí olía como ellos. También era capaz de sonrojarme, llorar, comer su comida e incluso tenía sus mismas necesidades. ¿Qué era yo? No tenía la menor idea, pero buscaría la respuesta mientras viajaba.
Al cumplir 100 años, mi aspecto seguía siendo el mismo que cuando tenía 5 años, lo que me facilitó mucho las cosas a la hora de adquirir conocimientos. Poco a poco desistí de encontrar a los asesinos de mi madre y me dediqué a estudiar y trabajar para conseguir dinero con el que mantener cierta imagen ante la gente. Estudié fotografía y me hice cantante.
Pasé desapercibida para humanos y vampiros durante todo ese tiempo y ya ni siquiera pensaba en mi desdichada madre hasta que un día, buscando fotos de animales salvajes, encontré un olor muy parecido al de aquellas bestias sanguinarias. Inmediatamente seguí ese olor hasta llegar a un pueblo Norteaméricano llamado Forks. Es un pueblo atestado de vampiros, aunque también hay humanos y las criaturas a las que había seguido el rastro, licántropos. Por desgracia, nada más verlos comprendí que no tenían nada que ver con los asesinos de mi madre.