Historia del foro

Las calles de Volterra, inundadas a causa de la lluvia, que incesantemente, cae sobre el asfalto, sin descanso, sin demora... con una fuerza comparable a la de el agua que cae por una cascada... Los ciudadanos, refugiados en sus casas, sentados en su cómodo sillón, mientras la calefacción caldea su casa...
Todo parece normal, a excepción de la ya peligrosa lluvia, que amenaza con no parar en mucho tiempo, e incluso en convertirse en granizo...
Un rayo surca los cielos a gran velocidad, iluminando las calles de la ciudad italiana durante unos segundos. Segundos suficientes para que unas decenas de figuras sean reveladas al sur de la ciudad, entrando en ella, con paso lento, pausado y elegante. Aparentemente, todos ellos son humanos... solo aparentemente. Liderando el grupo, se alza un joven de altura considerable, llegaría a 1'95, (Aunque, en realidad, sería una gran altura solo comparada con la humana, pues todos sus compañeros, que se contarian por decenas, o tenían una altura aún mayor) cabellos del color de la plata, brillantes, largos y empapados, cuerpo delgado aunque robusto. Sus ojos, color azabache, expresan una frialdad y indiferencia inhumanas.
Sin prisa, los extraños seres se adentran en la ciudad, hasta quedar en medio de una larga calle. Entonces, el joven de cabellos plateados, alza su brazo derecho.

-Arrasad con todo lo que haya a vuestro alcance.-su voz era susurrante, pero todos los presentes fueron capaces de escucharle.

El grupo al completo, se tensó. Algunos de ellos, simplemente, con una velocidad relampagueante, comenzaron a correr por las calles, y tal como les había dicho su lider, arrasaban creando un caos asombroso.
Otro grupo, quedándose unos momentos convulsionándose, acabaron convirtiéndose en grandes masas peludas que junto a sus compañeros, se lanzaron, animados, a destrozar la ciudad.

Todo esto no pasó desapercibido a los humanos, simples mortales que asustados observavan la escena desde sus casas. Algunos de ellos, los policías, probablemente solo por obligación, salieron a las calles al encuentro de los malhechores y los supuestos "Perros". Todos los humanos fueron abatidos, con fiereza, sin llegar siquiera a rozar a sus oponentes...

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A la mañana siguiente, el cielo había amainado, con el sol luminoso y caluroso, gobernante sobre la ya irreconocible Volterra. El grupo destructor, se fue re-agrupando, sin una sola baja. El joven de cabellos plateados, seguía en el mismo lugar que la noche anterior, no habñia movido ni siquiera un músculo.

-Buen trabajo.-se limitó a susurrar mientras observava los destrozados edificios, los cuerpos desmiembrados y desgarrados, e incluso los coches que esa misma madrugada, cuando ya no llovía, habían explotado y saltado en llamas.

A pesar de todo eso... el joven simplemente estaba satisfecho.